La energía de la red eléctrica es corriente alterna (CA) por naturaleza. La energía eléctrica de una batería es corriente continua (CC) por naturaleza. Por tanto, para cargar un vehículo eléctrico desde la red, la energía debe convertirse de CA a CC.
Cuando se enchufa un vehículo eléctrico a una estación de carga de CA, la energía de la red se suministra al coche a través de la entrada del vehículo mediante el cable de carga y el conector. El convertidor CA/CC de a bordo convierte la corriente alterna en corriente continua, adecuada para cargar la batería.
Debido al espacio limitado en el interior de un vehículo, el cargador de a bordo tiene un tamaño y un peso limitados. Por ello, los cargadores de a bordo suelen tener una potencia que oscila entre 1,9 kW y 43 kW.
Para aumentar aún más la potencia de carga, el convertidor CA/CC debe trasladarse fuera del vehículo y colocarse en un cargador externo. Esto se conoce como carga de CC. La corriente continua llega directamente al coche a través de una toma de carga de CC. Sin restricciones de tamaño o peso, el cargador externo puede suministrar hasta 350 kW.